EL
DÍA EN QUE YO BESÉ A UN SAPO
Una
tarde de verano, iba yo por la playa con mi hermano y le dije que iba
a beber agua a una fuente, cerca del paseo marítimo, que también
estaba cerca de la playa.
Bueno,
el caso es que fui a la fuente mientras él se daba un chapuzón en
el agua.

Yo
me quedé extrañada... ¡El sapo se había vuelto azul cielo! Le di
otro beso y se puso de color rosa... Mi hermano me dijo que lo
lleváramos a un veterinario... a ver lo que le pasaba…
Total,
que lo llevamos y el veterinario nos dijo que tenía un problema un
tanto extraño, coloritismo, cambiaba de color, según el calor,
frío... que tuviera, pero sólo cambiaba con un beso.
Nos
dijo que lo dejáramos allí para ponerle la vacuna antilingüista,
ya que los sapos con coloritis tienden a tener una lengua como la de
un camaleón. Le dijimos que se lo quedara para venderlo, se lo dimos
y allí se quedó.